De acuerdo con esa emisora, “miedo” y “terror” son los calificativos que “expresan muchos trabajadores del proyecto Hidroituango, que por segunda vez en menos de una semana fueron evacuados por emergencias”.

“Aseguran que no duermen tranquilos al pensar que llegarán al lugar que se convirtió en una bomba de tiempo”, agrega la frecuencia, y sostiene que “muchos expresaron a Caracol Radio que pasaron su carta de renuncia”.

Aunque ofrece dos testimonios, no cuantifica con precisión cuántos son esos “muchos”, y subraya que “recalcaron que es mejor la tranquilidad de las familias que devengar un sueldo que podría ser el último”.

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“Ya es hora de que le presten mucha atención a esa cuestión por parte de la empresa EPM. Da susto porque de todas maneras uno no sabe qué otras cosas puede estar ocasionando el agua dentro de los túneles de la represa”, dijo uno de los entrevistados por la emisora.

El reporte periodístico además sostiene que “el miedo también lo expresan quienes deben entrar al río, los lancheros que extraen la madera que flota en el río. Piensan en qué pasaría si el dique se rompe”.

“Muchos trabajadores que duermen en hoteles en el corregimiento de Toledo dijeron a Caracol Radio su deseo de abandonar el proyecto porque ya no hay tranquilidad para laborar”, agregó la frecuencia.

Sin embargo, otras voces como la del columnista de El Colombiano Juan Gómez Martínez llaman a rodear a la empresa en estos difíciles momentos.

“No es hora de críticas ni de señalamientos, es hora de rodear a la comunidad que sufre y a las Empresas Públicas de Medellín que han asumido esta tragedia con responsabilidad humanitaria”, escribe Gómez Martínez. “Así se ha manifestado el pueblo antioqueño rodeando a nuestras empresas y así lo han hecho quienes han pasado por EPM como funcionarios, que pueden dar fe de lo que significan para la comunidad”.

“Pido a Dios que siga iluminando a quienes están al frente de la dirección de la empresa y a quienes están trabajando intensamente para buscar las soluciones correctas y así evitar mayores y graves consecuencias para los habitantes de la región afectada”, agrega el columnista. “No se debe aprovechar esta tragedia para buscar y señalar responsables de lo que pasa, eso vendrá después si es que hay alguna responsabilidad. Aquí sí que cabe el dicho ‘no pescar en río revuelto’”.