“Si bien ahora es imposible tener un barrio propio, un centro comercial de venta por mayor y al detal de productos chinos legales y económicos para beneficiar a los consumidores es factible”, le contó el presidente de la colonia China en Colombia, Kenny Tsui, a Portafolio.

El comerciante señaló que el fin de esto es “evitar las peleas con los comerciantes locales en el sector de San Victorino y San Andresito”, pero que “todavía no hay un lugar específico para hacerlo”.

El rápido crecimiento del comercio chino no es ajeno a estas zonas del centro de Bogotá. Incluso, los comerciantes locales han adelantado varias marchas y protestas para evitar la distribución de esos productos, o por lo menos para que las autoridades hagan controles.

El artículo continúa abajo

Los colombianos reclaman que afecta su economía puesto que los chinos venden el mismo tipo de mercancía a un precio menor. “El problema ha tenido que ver con la competencia, los chinos venden muy barato porque compran económico en China y trabajan con margen de utilidad baja”, explicó Tsui en el diario.

Sin embargo, pese a que han logrado diferentes operativos de las autoridades y la incautación de mercancía de contrabando, la situación no ha cambiado y al contrario parece que los extranjeros buscan establecerse con más fuerza, y Tsui asegura que buscan el crecimiento del comercio legal.

“Porque un pequeño porcentaje de recién llegados se haya metido en problemas de contrabando, no puede justificar que todos son informales, la mayoría son legales y cumplen las normas”, aseguró el comerciante.

Además, agregó en Portafolio que no busca “generar una guerra con los comerciantes colombianos” y que la idea del centro comercial la “vienen trabajando desde hace dos años los comerciantes del sector del centro”.

El líder comerciante explicó que se han quedado en Colombia porque son personas honestas, que trabajan hasta domingos y festivos, porque creen “férreamente en el bienestar y en el dinero justo”, y así mismo participan en obras sociales en Colombia. En su caso particular señaló:

“Fui creando una empresa y no tardé mucho en darme cuenta que sería un gran beneficio para el país y para mí porque puedo aportar en su economía brindando mi conocimiento en negocios internacionales y aprendiendo a trabajar con entusiasmo y cariño para los demás […] Me gustaría y deseo que este país mejore mucho en su parte de seguridad, para dar más tranquilidad a los inversionistas extranjeros”.

Entre tanto, los comerciantes colombianos consultados por ese medio señalaron que “la propuesta es viable si se hace de manera legal y equiparando las condiciones de los comerciantes chinos con las de los colombianos”.

Además de “hacerle frente a la ilegalidad”, someterlos al “sistema impositivo colombiano en materia laboral, y al sistema fiscal y aduanero”; y que se acojan a la regulación en materia laboral, porque “ellos contratan mano de obra más barata, saltándose las normas legales vigentes, sin consecuencias”, indicó otro comerciante.