Dentro de los que lo hacen, según un confidencial de la revista Semana, están el expresidente de Sudáfrica Frederik de Klerk, quien lo ganó junto con Nelson Mandela en el año 1993, que cobra 100.000 dólares por una conferencia; a precio del dólar del viernes, unos 291 millones 500 mil pesos, antes de impuestos.

La revista también menciona la costarricense Óscar Arias, que fue premio Nobel de la Paz en 1987 por su participación en los procesos de paz centroamericanos de los años 80, que ha llegado a cobrar 50.000 dólares; y la guatemalteca Rigoberta Menchú, premio Nobel de Paz de 1992, por “su lucha por la justicia social y reconciliación etnocultural basada en el respeto a los derechos de los indígenas”, que cobra 40.000 dólares.

Santos estaría mucho más al nivel de Klerk, por ser protagonista directo de la negociación, más que mediador, como es el caso de Arias, pero tendría sobre este la ventaja de la novedad, que lo haría más ‘taquillero’, según la expresión usada por Semana.

Hasta ahora, el colombiano que más cobraba por conferencia era el expresidente Álvaro Uribe, entre 50.000 y 100.000 dólares. El precio base de Santos, seguramente, estaría más cerca de este último número. Nada mal para una hora de trabajo, es decir que con lo de una hora un colombiano se podría comprar un apartamento de 300 millones de pesos.

Está por verse qué efecto tendrá en la tarifa el hecho de concretar o no un acuerdo de paz con las Farc, luego del triunfo del ‘No’ en el plebiscito.

Otros colombianos que están en el top de los conferencistas son Íngrid Betancourt, que cobra 50.000 dólares para hablar de su experiencia del cautiverio (145 millones 750 mil pesos), pero –según Semana- no acepta muchas invitaciones; y el hijo de Pablo Escobar, Sebastián Marroquín, que cobra 20.000 dólares (58 millones 300 mil pesos), por hablar sobre qué hacer en la vida para no terminar como su papá, uno de los capos más sanguinarios de la historia mundial.

LO ÚLTIMO