Los desarrollos tecnológicos pretenden cambiar la forma en la que viven las personas, buscan romper las rutinas y transformar los hábitos. Vivimos en un mundo beta, es decir, en constante evolución, no se detiene, no hay tiempo para perder, todo se mueve a una velocidad infinita y cada minuto de vida se ha convertido en una oportunidad para evolucionar.

Mastercard, como compañía de tecnología es un ejemplo para conocer este mundo en constante evolución, este mundo beta. Esta compañía, que lleva más de 50 años en el mercado, ha buscado cambiar la forma como las personas realizan sus pagos. Detrás del simple deslizamiento de una tarjeta en un datáfono o el click en una página web para hacer una compra, hay cientos de millones de desarrollos tecnológicos que son desconocidos completamente.

Es fácil saber que un reloj da la hora, que tu teléfono celular te permite en un abrir y cerrar de ojos escuchar a otra persona en el rincón más escondido del mundo o que tan solo con oprimir las teclas en tu computador puedes transferir dinero a un familiar.  Pero las preguntas que surgen son, ¿cómo lo hacen? ¿puedes explicar cómo sucede? ¿qué hay detrás de lo que a simple vista es fácil y sencillo?

Todos los días la gente hace algún tipo de pago, ya sea para el transporte público, para desayunar, almorzar, comprar un reloj, una camiseta o una pastilla para el dolor de cabeza. Es parte de la vida de todos. Sin embargo, estas compras las hacen todos al mismo tiempo.

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De acuerdo con Mastercard, todos los días se procesan pagos en la empresa para más de 2 mil millones de cuentas crédito, débito y prepago en más de 210 países y territorios. Es decir, el equivalente a 25.000 estadios de fútbol a reventar.  Para procesar cada uno de estos pagos de forma rápida y segura se necesita una red tecnológica avanzada.

Sus plataformas tienen el poder de procesar 43 billones de instrucciones por segundo. Una sola transacción toma 130 milisegundos, es decir, es 2 veces más rápida que el parpadeo de un ojo y más segura que el uso del efectivo y cheques.

Según Daniel Acosta, “cuando hacemos cualquier pago, no dimensionamos todos los procesos que pasan en tan solo unos segundos. Hoy en día unas centésimas de segundo pueden marcar la diferencia. Por eso en Mastercard vivimos en desarrollo, todos los días nuestro equipo piensa cómo mejorar y cambiar la forma en la que viven las personas. No nos detenemos y siempre creemos que todo puede ser mejor”.

Ahora bien, ¿cómo la tecnología de un pago puede cambiar la vida de una persona? Las personas tienen el poder de pagar o recibir pagos donde quiera que estén, a cualquier hora y por cualquier motivo. Los comercios ya no tienen que hacer cientos de trámites para convertir cheques en dinero o recibir y manejar grandes cantidades de efectivo. Incluso, los gobiernos ahora pueden distribuir subsidios y pagos por medios electrónicos. Y aún más, con el desarrollo de tecnología biométrica, hay más seguridad en los pagos pues la huella digital de cada una de las personas, evita que otras personas sepan su contraseña.

Si ya no hay necesidad de pensar cómo pagar, no existen demoras con los pagos y no se tiene que salir de casa para realizar cualquier transacción, la vida cambia, hay más tiempo para disfrutar y vivir plenamente, los negocios dan mejores resultados y las tediosas rutinas del día a día, desaparecen.

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