Pese a que no es un negocio nuevo, todavía no cuenta con una cobertura proporcional al número de habitantes que tiene el país. En Japón, por ejemplo, existe una máquina dispensadora por cada 25 habitantes; en Colombia, solo hay una por cada 7.900.

El costo, en promedio, de un dispositivo de estos es de 25 millones de pesos y la inversión se recupera entre 20 y 22 meses, antes se daba entre 14 y 18 meses pero la inflación no ha ayudado mucho, explicó Javier Ossa, gerente de Inssa, la principal proveedora de esta tecnología en Colombia, citado por el diario Portafolio.

Las máquinas se encuentran ubicadas en lugares estratégicos (centros comerciales, hospitales y universidades, entre otros) y su vida útil se estima entre 30 y 35 años.

La evolución de estos dispositivos va de acuerdo con el avance la tecnología. Algunas ya reciben tarjetas de débito y crédito, tienen incorporada la telemetría y el sistema biométrico con la huella. Incluso, algunas ya emiten facturas.

Según el diario El Colombiano, se estima que en Colombia hay 12.000 máquinas dispensadoras. Sin embargo, el negocio crece a ritmo acelerado de un 30 % anual y el objetivo es que este 2016 cierre con 1.200 máquinas nuevas ubicadas.

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