La Superintendencia de Sociedades le había pedido a Imayo esa información, y como no fue proporcionada, la entidad ordenó la liquidación de la compañía.

La Supersociedades hizo al requerimiento a la comercializadora después de que dos acreedores denunciaron que la empresa había dejado de pagarles.

En 2015 y 2014, respectivamente, Imayo perdió 6.992 millones de pesos y 835 millones de pesos, según la información financiera disponible.

La orden de liquidar la empresa significa que esta no podrá “realizar operaciones en desarrollo de su actividad comercial”, explica la Supersociedades.

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