Su nombre es Diana Sierra, es diseñadora y fundadora de la organización Be Girl, que desde 2014 se dedica a fabricar y ofrecer productos menstruales y que se pueden reutilizar, y se convierten en una gran herramienta, especialmente, para niñas y adolescentes que sienten la etapa del periodo como un gran problema.

Toalla 2

Estudió en la Universidad de los Andes y ha trabajado en el diseño de productos para grandes marcas como Nike y otras de tecnología. Sin embargo, su ambición por su gran idea de negocio inició cuando se fue de Colombia para Nueva York e iniciar su maestría. Allá, se dio cuenta que sus diseños solo eran para un porcentaje muy bajo de la población y se encaminó en algo que le pudiera ser útil, realmente, a todas las personas, de todos los estratos, señala The Independent, que destacó su labor hace pocos días.

Toalla 3

Años más tarde tuvo la oportunidad de trabajar con la multinacional de ropa Tommy Hilfiger y comenzó a hacer un intercambio rural de Naciones Unidas entre Uganda, Kenia y Ruanda, y conoció los casos de muchas niñas, entre los 11 y 15 años de edad, que tenían el problema de la menstruación porque vivían en zonas rurales. De ahí en adelante, se puso en la tarea de indagar y encontró que cerca del 40 % de las niñas en estas edades no tiene acceso a productos sanitarios en esa etapa de su vida y que ese porcentaje pierde oportunidades, como ir a estudiar, para enfrentar el problemita.

“Se sienten aprisionadas en su cuerpo, desertan del colegio, son más vulnerables al matrimonio temprano y tienen más complicaciones en salud”, contó Diana a El Espectador.

Toalla 4

Identificado el problema, su idea de negocio se puso en marcha a través de un ‘banco de calzones’ que se traduce en la idea de que “te pones uno y le das otro a alguien que lo necesita”. La particular idea les brinda calzones y toallas reutilizables a las niñas para que enfrenten su etapa del periodo en completa dignidad.

Según The Independent, las toallas que diseñó son totalmente higiénicas, hechas con tela de sombrilla y un mosquitero que tiene una duración de un año. En algunos de los países más pobres de Áfica, las niñas usan piezas de tela para absorber la sangre del periodo; las prendas de ropa interior que construyó Diana tienen un bolsillo de malla a prueba de fugas.

Toalla 5

El proyecto contó con el apoyo de la Fundación Futura, en Suiza, que donó un capital para ponerlo a andar y beneficiar a mujeres de países como Uganda, Malawi, Tanzania, Ruanda, Malí, Jordania, Marruecos, Georgia, República Dominicana, Ghana, Sierra Leone, Islas Salomón y Estados Unidos, entre otros, agrega ese medio.

Según Diana, al comienzo fue difícil hablarles a los inversionistas sobre el tema, pero ahora afirma que botó la vergüenza. “Cuando les habló a los inversores hombres les digo que se agarren de la silla porque vamos a hablar de menstruación”, contó a ese mismo diario bogotano.

Fotos: Facebook.

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