La situación de La Riviera Colombia fue revelada a El Tiempo por el apoderado de esta cadena de perfumerías, Jaime Granados, que confirmó —además del no despido de trabajadores de los puntos de venta que han cerrado— que su cliente se vio abocado a esta situación porque los dueños de los inmuebles decidieron terminar los contratos.

“Los otros 60 puntos de venta, que son propiedad de La Riviera, seguirán operando mientras se pueda, y en ellos se reubicarán los empleados de los locales clausurados”, explicó Granados al diario capitalino. Y agregó que, para salvar los empleos, le propondrán al Gobierno la creación de un fideicomiso.

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Otra situación a la que se está viendo enfrentada La Riviera por la inclusión de sus dueños, el Grupo Wisa (controlado por Abdul Waked), en la lista Clinton, es recibir solo pagos en efectivo en los almacenes

“Las entidades bancarias y crediticias están obligadas a cerrar todo tipo de operación o relación con las compañías que están incluidas en la lista, por lo que las redes de tarjeta de crédito y todo el tema financiero bancario queda restringido hasta nuevo aviso”, le explicó Granados al diario bogotano.

Precisó que los sistemas de tarjetas de crédito y bancos no están bloqueados, sino que las relaciones contractuales con bancos y entidades del sistema financiero concluyeron por la inclusión del Grupo Wisa en la lista Clinton.

Sobre el trato con proveedores y consumidores, Granados dijo, citado por El Tiempo, que saben que “los primeros están dispuestos a cumplir con la ley y por ello se han mostrado prevenidos en cualquier tipo de relación con La Riviera”. Y añadió que “es apenas obvio que en este momento exista una especie de pánico de estar vinculados comercialmente con la marca. No obstante, algunos han mantenido la relación comercial”.

También anunció que, de manera unilateral, La Riviera terminó el acuerdo para expandir la marca española de confecciones Mango en Colombia.

Todo este episodio por el que atraviesa La Riviera fue atribuido por Granados, en la revista Semana, a prácticas desleales de algunos competidores “que quieren pescar en río revuelto”.

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