La mayoría son rosas, que en gran parte provienen de Colombia. Los otros tres grandes exportadores son Ecuador, México y Holanda.

Las flores son guardadas en un cámara refrigerada a 1ºC próxima al aeropuerto de Miami. De ellas, dependiendo del país de origen y de la finca exportadora, expertos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) toman las muestras que examinan con lupa, literalmente.

Ellos toman un ramo, lo sostienen boca abajo y le dan varias palmadas para hacer caer cualquier insecto -o elemento extraño- que se pueda haber colado en el viaje.

Si de uno de estos ramos sacudidos y abofeteados cae un insecto diminuto, el inspector lo guardará en un frasco muy pequeño y lo analizará. Si es una especie exótica, la aduana devolverá la carga a su origen, la fumigará o la destruirá.

Así, biólogos y entomólogos de la CBP procesan día y noche las más de 500 millones de flores que entran al país por Miami en las tres semanas previas al día de los enamorados, el 14 de febrero.

“En este período, nuestros especialistas en agricultura de la CBP encontrarán cerca de 1.800 plagas de plantas”, dijo Christopher Maston, director del puerto de Miami del CBP.

“Basta una sola plaga vegetal para infligir un gran daño en la agricultura doméstica”, añadió.

La importación de flores es una industria de 15.000 millones de dólares en Estados Unidos que representa 200.000 empleos, dijo Maston.

De acuerdo a Ken Pyatt, vicedirector de aviación del condado de Miami-Dade, el aeropuerto procesa anualmente unas 1.000 millones de flores.

“Nueve de cada diez flores importadas a Estados Unidos entra a través del aeropuerto de Miami”, comentó.

Los especialistas también buscan amenazas biológicas intencionales, dijo a la AFP Linda Cullen, asistente del director del CBP.

No obstante, hasta ahora no ha se ha registrado el ingreso intencional de plantas, plagas o enfermedades foráneas en las importaciones agrícolas, dijo Cullen.

Pero algunas flores sí han venido con sorpresas.

Migdalia Arteaga, vocera del CPB, comentó que en cargamentos pasados se han encontrado drogas inyectadas entre los pétalos de las rosas, por ejemplo.

En estos casos, añadió Arteaga, la aduana no decomisa el cargamento, sino que facilita su entrega para capturar a sus destinatarios.

AFP