El tributo al vino está consignado en el proyecto de ley 189 de 2016 y busca el pago de 220 pesos por cada grado de alcohol que contenga la botella.

Según revista Dinero, de aprobarse la norma en la próxima legislatura, el mercado del vino caería aún más en manos del contrabando y se promovería la adulteración. Y lo más importante, el bolsillo de los consumidores sería el más afectado porque las grandes cadenas tendrían que acudir al aumento de los precios.

Luis Fernando Emmanuel, administrador de bebidas del Grupo Éxito, aseguró a ese mismo medio económico que la norma llevaría a que una botella de vino que cuesta 45.000 pesos pase a valer 65.000 y las champañas no bajarían sus impuestos de 100.000 pesos.

Dinero, además, llama la afectación sobre que la aprobación de la iniciativa afectaría la inversión chilena, país productor de vino, y la diversidad en lo que a oferta se refiere.

“En caso de que se aprobaran dichas leyes la democratización del vino que se ha logrado hasta ahora entraría en retroceso ya que adquirir una botella se convertiría en un lujo”, dice Dinero.

El portal web Confidencial Colombia, por su parte, afirma que el costo del vino aumentaría hasta un 74 % si la norma pasa en el Congreso. Además, dice, se perdería el terreno ganado en lo que a legalidad e importación se refiere.

“El vino está creciendo con cero ilegalidad, y ha generado 150 empresas y unos 10.000 empleos directos, sin contar a los restaurantes”, sostiene Juan Martín González, de Dislicores, citado por ese portal.

Además de los consumidores, los más preocupados son los importadores de vino, que señalan que la industria se afectaría por una confusión entre licores destilados y bebidas fermentadas, entre otras cosas, porque el vino no hace parte de este primer grupo.

“El vino no es una bebida destilada cuya graduación está entre los 3.5 y los 15 grados de alcohol, mientras que en los licores destilados su graduación oscila entre los 15 y 45 grados de alcohol”, agrega Confidencial Colombia.

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