La situación se ha reiterado a lo largo de generaciones desde padres y maestros hasta los amigos de la persona con sueña dedicar su vida a la música como un camino laboral y académico.

Usualmente los progenitores de un joven ad portas de ingresar a la universidad le dicen que “eso no da plata” o ¿de qué va a vivir?”, incluso llegando a tildarlo como algo ‘banal’ o un simple pasa tiempo, pero no “una carrera real”.

Pero, ¿realmente es así?

El crecimiento de la industria musical de 2015 a 2016 fue de un 54,5 %, es decir, un valor de producción de más de 300.000 millones de pesos al año. Claro, hay que aclarar que el 45 % de las empresas de música en vivo  y el 52 % de música grabada están localizadas en Bogotá.

Según el escalafón realizado por la revista Forbes, el músico que más dinero ganó en 2017 fue Diddy, con 130 millones de dólares antes de impuestos. A Sean Combs lo sigue en el listado de la publicación estadounidense Beyoncé (US$105 millones) y Drake (US$94 millones).

En cuanto a los Dj, Calvin Harris (US$48,5 millones) y Tiësto (US$39 millones) aparecen en el puesto 16 y 22 del listado de Forbes.

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Claro, estos nombres gozan de un reconocimiento mundial y son la cima de la industria, pero demuestran que de la música que se puede vivir. La pregunta recurrente, ¿cómo se puede llegar allá?

Lo principal para convertirse en un gran artista es prepararse de la mejor manera. En Colombia a lo largo de la última década se han fundado distintas instituciones educativas dedicadas única y exclusivamente al desarrollo musical y artístico.

Un ejemplo de ello es la academia DNA Music, la cual brinda los conocimientos académicos pertinentes, la preparación y capacitación artística y otros aspectos que debe tener en cuenta la persona que desea dedicarse a la música. Cuentan con sede en Bogotá y Barranquilla e inicia clases el próximo 12 de febrero. Para más información ingrese aquí.

Esta industria en particular no es solamente el talento que pueda tener musicalmente, sino también los conocimientos legales sobre cómo vender su propuesta o los derechos y deberes que tiene como integrante del sector cultural.

Géneros urbanos, tropicales, electrónicos, entre otros miles, hacen parte de la infinita diversidad que posee este gigante del entretenimiento. Entorno digital, autores y compositores, shows en vivos, sponsors, etc., son algunas de las fuentes que lucran a cada uno de los artistas que participan activamente en una industria rentable y revolucionaria.