La razón, según la columna, es el famoso G-8 (integrado por Nacional, Junior, Cali, América, Medellín, Millonarios, Once Caldas y Tolima) que se creó por esos clubes para reclamar una nueva repartición de los derechos de televisión y otras peticiones que atañen a la estructura organizacional de la dirigencia del balompié colombiano.

Iván Mejía califica este grupo —a excepción de ‘verdolagas’ y ‘tiburones’— como el “combo de los nuevos riquitos del fútbol colombiano. Individuos con dinero pero sin ninguna historia en el fútbol. Personas que creen que por tener dinero pueden poner condiciones y cambiar los moldes”.

Según el periodista, este bloque de 8 clubes quiere dar un golpe de estado en la Dimayor basado también en su gran afición. “Lamentablemente  para ellos, las normas y la legalidad están a favor de los otros 28, que no van a aceptar ninguna de sus propuestas”, pues de acuerdo con Mejía no nacieron de una conversación amigable.

El pronóstico del comunicador es que los perdedores serán los que integran la poderosa minoría:

Les van a quitar los pocos pesitos de más que se ganan por la televisión y los van a poner en las mismas condiciones que los pobres a la hora de inscribir nóminas”

Además, Mejía señala directamente a Álvaro Martínez, líder del G-8, de quien afirman que el fútbol no lo necesita. “Martínez sí necesita el fútbol para intentar ser alguien, pues hoy es un don nadie reconocido por sus felonías y traiciones”, puntualiza el comentarista.

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