Sergio Ramos es un referente del Real Madrid dentro y fuera de la cancha, como le tocó en el crucial partido del pasado sábado en Vallecas. Su equipo perdía 2-0, pero jamás dejó de alentar a sus compañeros, como se vio en el seguimiento que le hicieron las cámaras de ‘El día después’.

Dio muchas órdenes, casi más que Zidane. Celebró los goles del empate y hasta se animó a analizar: “Gareth debería pegarle fuerte al palo del portero”, mientras quienes están a su lado asintieron.

En el momento en que Zidane elige a James para que entre al campo de juego, Ramos se le acercó y le dijo algo al oído, mientras que Álvaro Arbeloa le dio una palmada en la cabeza como símbolo de apoyo.

Llegó el gol de la victoria y lo festejó a rabiar, para minutos más tarde comenzar a presionar al cuarto juez por los cuatro minutos de adición. Al final del encuentro levantó su mano y festejó a su manera, con algo de rabia por haber sufrido tanto.

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