Así lo indicó un estudio realizado por la firma Visibrain, encargada de monitorear los datos que arroja Internet.

Mediante primicias, rumores y multitud de fotos y mensajes, periodistas y aficionados han agitado las redes con la que será la transferencia más cara de la historia del fútbol.

Nicolas Vanderbiest, especialista en redes sociales de la Universidad Católica de Louvain, Bélgica, afirmó:

“Es una cifra enorme, como la que cosechó el ‘Brexit’ poco después de que se celebró el referéndum en el Reino Unido”.

Uno de los primeros en publicar la noticia del fichaje fue el periodista brasileño Marcelo Bechler, corresponsal en Barcelona de la cadena Esporte Interativo, que el 18 de julio escribió en Twitter que Neymar aceptaba la propuesta del París Saint-Germain.

Dos días más tarde, su compatriota Thiago Silva, defensa del conjunto parisino, le dio a ‘me gusta’ en su cuenta de Instagram a un montaje fotográfico en el que se ve a “Ney” lucir la camiseta del PSG.

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Al día siguiente, el propio delantero alimentó los rumores subiendo, también a Instagram (su red social favorita, en la que cuenta con 69 millones de seguidores), una foto donde aparece con aire pensativo, reflexionando. Imagen que se prestó a multitud de interpretaciones.

La instantánea recibió el ‘me gusta’ de dos millones de usuarios al tiempo que alimentó las esperanzas de los seguidores del PSG y enfadó a los del Barça, que en la misma red social le llamaron “traidor” o le respondieron con emoticones de billetes de dinero.

El 23 de julio tiene lugar otro episodio: su -todavía- compañero de equipo, el español Gerard Piqué, subió a Twitter una foto en la que se ve a ambos jugadores abrazados y que acompaña con el mensaje “Se queda”. La publicación es compartida por cerca de 150.000 internautas.

“Como con cualquier evento mundial, las redes sociales desempeñan un papel muy importante, porque permiten divulgar tanto información contrastada como rumores y generan multitud de comentarios, reacciones, bromas y fotomontajes, lo que acaba generando un ‘tempo’ mediático”, explicó Nicolas Vanderbiest.

Con información de AFP