Se jugaba el quinto y último punto de la serie ante Gran Bretaña por el paso a los cuartos de final de la Copa Davis; el joven jugador caía por 6-3, 6-4 y 2-1 contra Kyle Edmund, cuando tras perder un punto le dio justo en el ojo al árbitro central.

Shapovalov lamentó su acto y fue a ver qué le había ocurrido al juez, pero este y el supervisor de la serie no tuvieron compasión y sancionaron el acto de rabia del jugador con el máximo castigo: la pérdida del encuentro y de paso la serie ante los ingleses. El tenista de 17 años no pudo hacer más que llorar en su banco la decisión:

Este lunes, el jugador escribió en su cuenta de Twitter, reconociendo su error:

Anoche en el partido de Copa Davis, hice algo muy poco profesional e inexcusable. En el calor del momento, después de perder el ‘game’, yo perdí el control de mis emociones y le pegué a la bola con la intención de darle fuera de la cancha. Desafortunamedemtne y sin nungna intención, le pegué al señor Arnaud Gabas, el juez de silla. No hay excusa para este comportamiento y tomo la responsabilidad por mi acción. Estoy muy apenado con el sr. Gabas, con el que me disculpé en persona. También estoy muy apenado por defraudar a mis compañeros de Copa Davis y a mi país.

Pido disculpas a todos los aficionados del tenis, a mis aficionados y mis aptrociadores. Me siente avergonzado por mi actitud poco profesional y aceptaré cualquier consecuencia como resultado de mi acción. Prometo que aprenderé de esto y que no volverá a pasar. Espero que me puedan perdonar”

Precisamente The Telegraph señala que después de su acto, se espera que el árbitro central de toda la serie emita una multa para el jugador de 9.600 libras, lo que sería un golpe duro para él, ya que las ganancias de toda su carrera ascienden a 54 mil libras.

De igual forma, el medio inglés afirma que la Federación Internacional de Tenis (ITF) podría aumentar la multa, pero resalta que esto es poco probable debido a la pronta disculpa de Shapovalov y a que el ente del tenis mundial publicó un comunicado en que reconoce que el canadiense “no tenía la intención de golpear al réferi”.

 

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