Por el momento, los dos aspiran a estar en 2017 la GP3, categoría que se corre en Europa y que está dos escalones abajo de la Fórmula Uno. Sin embargo, su participación está en duda por falta de dinero.

Contrario a lo que se pueda creer, en GP3, categorías similares e incluso en algunos casos en F1, los equipos no les pagan a los pilotos, sino todo lo contrario, los pilotos son los que les dan dinero a las escuderías.

“Esa situación se da porque los equipos no se pueden mantener completamente, entonces el piloto tiene que entrar a aportar un dinero que para uno es imposible de dar si no es con patrocinios”, asegura Óscar Tunjo, quien este año corrió dos carreras de GP3 e incluso fue segundo en una de estas, pero no pudo hacer toda la temporada por la falta de dinero.

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En el caso de la GP3 el dinero que debe dar el piloto para poder participar con tranquilidad ronda por el millón de dólares (alrededor de 3.500 millones de pesos), una cifra bastante difícil de conseguir, por lo que el patrocinio parece que nunca es suficiente: Óscar está aliado con marcas como Total y la Gobernación el Valle, entre otras, y Tatiana con Pony Malta y Kya Motors, y aun así el dinero hace falta.

“Cada día estamos más cerca del sueño de Fórmula Uno, tengo algunas propuestas, pero es un deporte muy caro y necesitamos ese apoyo de las empresas para estar ahí”, cuenta Tatiana Calderón, quien en 2016 corrió con la suerte de estar durante toda la temporada 2016 de GP3 con el equipo Arden y demostró que está para grandes cosas: hizo top 10 de dos carreras, algo que no había podido hacer mujer alguna.

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Tunjo y Tatiana hacen parte de esa camada de pilotos que se dio a partir de las victorias de Juan Pablo Montoya en Fórmula Uno en los primeros años de la década del 2000. Desde ese momento la pasión por el automovilismo creció, pero no hubo un crecimiento proporcional del apoyo y los patrocinios.

A eso se le suman la crisis económica que han tenido los principales mercados y economías del mundo, algo que va de la mano del alza del dólar en Colombia y que ha perjudicado a todos los deportistas.

“Tenemos pilotos con gran talentos, muy buenos. Se han quedado sin recursos y han tenido que ir a Estados Unidos”, asegura Óscar sobre algunos de sus colegas colombianos que también probaron suerte en Europa.

“La mayoría comenzamos con el apoyo económico de nuestros papás, pero en cada categoría se incrementan los presupuestos, y aunque seguimos con contando con nuestras familias, es imposible cubrir esas cifras sin patrocinios de empresas”, añade Tatiana.

Por el momento, el sueño de Fórmula Uno de los dos colombianos sigue vivo y luchan cada día para que este se mantenga y en la grilla de la Gran Carpa del Automovilismo vuelva a haber un colombiano.

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