Los jugadores alcanzaron a salir al terreno de juego y a formarse uno al lado del otro, como es habitual, mientras la transmisión de TV hacía la habitual presentación de las alineaciones.

Todo iba normal hasta que cada equipo se ubicó en su respectivo lado del campo y la pelota fue puesta en el círculo central. Parecía que el árbitro iba a sonar su silbato en cualquier momento, pero el réferi nunca recibió el aval por su auricular para dar el inicio del juego.

“Como asignaron un contrato a TV Globo para la venta de los derechos del Torneo Paranaense, los 2 clubes decidieron hacer la transmisión del clásico a través de las plataformas sociales Facebook y YouTube. Esto, en contra de las políticas de la Federación”, dice Terra Brasil.

De ahí que el partido nunca se jugara, pese a la gran cantidad  de público y más de 170 mil personas listas para ver el juego a través de internet; los equipos reingresaron a los camerinos y volvieron minutos después al centro de la cancha para despedirse del público, que protestaba lo que para ellos era una vergüenza.

Globo, que fue blanco de todas las críticas, lamentó a través de SportTV la suspensión del encuentro y señaló que no tuvo relación con el episodio. El grupo de medios aclaró que fue la Federación de Fútbol Paranaense la que señaló que quienes iban a hacer la transmisión por internet no estaban acreditados y debían abandonar el partido.

“Los clubes no aceptaron y el juego no se hizo”, indicó Globo.

Paranaense y Coritiba esperan ahora resolver sus diferencias con la Federación de su estado para poder definir una nueva fecha para el compromiso.

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