“Confío en que podremos llegar al fondo de lo que ha sucedido y estoy trabajando con el equipo para lograrlo… Entiendo que esta situación ha creado mucha incertidumbre. Entiendo completamente por qué ha habido tanto interés y especulación”, indicó Froome a través del comunicado del Sky en el que agregó:

“Espero que la gente aprecie que hay límites a lo que puedo decir mientras el proceso todavía está en curso; nadie está más interesado que yo en que avancen las cosas lo más rápidamente como sea posible”

El director de equipo Dave Brailsford reconoció las dificultades que ha tenido el caso para una pronta resolución, pero destaca que “es importante para todas las partes que este proceso se lleve a cabo de manera justa, antes de llegar a una conclusión final”.

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Cycling Weekly recuerda que Froome se mantuvo entrenando en Sudáfrica durante las primeras semanas del año, mientras sus abogados y médicos trabajaban por limpiar su nombre, y en el equipo hacían oídos sordos a la sugerencia del presidente de la UCI de suspender temporalmente al corredor hasta que finalice la investigación sobre el exceso de salbutamol que se le encontró en una muestra antidopaje durante la Vuelta a España 2017, de la cual corre el riesgo de perder el título.

Mientras que hay ‘humo blanco’, el máximo exponente del ciclismo en el mundo continuará su preparación hacia la búsqueda del doblete Giro de Italia-Tour de Francia, que iniciará con la Ruta del Sol, la cual ya ganó en 2015. Una decisión que critica el portal especializado CyclingNews en una nota de opinión donde dice que la actitud de Froome “está en contradicción, tanto con quien dice ser, como con los valores de hacer las cosas bien que él y su equipo han abrazado.”

“Se arriesga mucho más a que le arrojen una taza de orina en la cara. Peor aún, si posteriormente se le considera culpable y se le despoja de cualquier pero, su resputación probablemente se destruya para siempre”, sentencia el medio.

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