El primero de ellos llegó al minuto 14, tras una gran habilitación de James Rodríguez; Bacca recibió y se quitó de encima al central, para dejar sin nada que hacer al portero Domínguez.

El segundo fue a los 66 minutos, luego de una genial combinación entre James y Cuadrado.

Por eso, cuando Pékerman decidió sacarlo del partido para meter a Adrián Ramos, el estadio explotó en júbilo para reconocer el rendimiento de un hijo, ídolo del Junior.

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