“Esto significa que tendrá que dejar su apartamento (con costo cubierto por la FIFA) o pagar el alquiler”, añadió una fuente próxima de la entidad a la AFP.

Desde su suspensión en octubre, Blatter no podía tener acceso a su teléfono móvil de trabajo ni a sus correos electrónicos profesionales.

Eso sí, la suspensión no le impedía percibir (como contempla la legislación suiza sobre los contratos de trabajo) su salario, su automóvil y su apartamento de Zúrich.

La Fifa siempre ha rechazado comunicar el salario de su presidente, estimado por algunas fuentes entre 5 (4,5 millones de euros) y 10 millones (9,1 millones de euros) de francos suizos anuales.

Las reformas aprobadas este viernes por el Congreso de la FIFA contemplan la publicación de la remuneración del futuro presidente y de los miembros del Consejo.

Blatter se acostumbró en sus 17 años en la presidencia de la FIFA a privilegios como el de contar con una limusina con chófer.

A sus casi 80 años, Blatter lleva desde 1975 en la FIFA, a la que entró como director de desarrollo. Se convirtió luego en secretario general en noviembre de 1981, antes de ser elegido para la presidencia para un primer mandato el 8 de junio de 1998.

Luego fue reelegido en 2002, 2007 y 2011. El 29 de mayo de 2015 fue reelegido para un quinto mandato que debía durar hasta 2019, pero unos días después, el 2 de junio, anunció su marcha por sorpresa, afirmando que iba a continuar en el cargo hasta la elección de un sucesor en un Congreso extraordinario.

Los planes de ‘Sepp’ se vinieron abajo cuando el 8 de octubre, por el pago controvertido de 1,8 millones de euros a Michel Platini en 2011, fue suspendido de manera provisional, antes de serlo definitivamente por 8 años, el pasado 21 de diciembre.

El miércoles, la comisión de apelación de la FIFA redujo a 6 años esta suspensión, pero Blatter anunció que iba a recurrir al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) contra esa decisión.

Blatter está además imputado por la justicia por “gestión desleal” y “abuso de confianza” por ese pago.

El suizo, considerado por muchos como responsable de las derivas de la FIFA desde hace años, no tiene más mandato en la organización y el pasado mes de agosto dejó el Comité Olímpico Internacional (COI), del que era miembro desde 1999.

A partir de ahora jubilado, este hijo de un modesto empleado que inició su carrera como periodista deportivo va a disfrutar de la cómoda pensión destinada a los exempleados de la FIFA.

Con información de AFP.

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