“Se acabó”. Con esa breve frase, el holandés Louis Van Gaal dejó más que entreabierta este domingo la puerta de Old Trafford a su posible sucesor, José Mourinho, que podría convertirse en las próximas horas en el nuevo entrenador del Manchester United.

Hasta ahora, Van Gaal (64 años), que llegó en 2014 como salvador tras la mala experiencia de David Moyes en el banquillo del United, se agarraba con fuerza a su tercer y último año de contrato, pese a las críticas que ha recibido en esta temporada.

“No quiero hablar de abandonar el club. Gracias por vuestras felicitaciones”, había afirmado el entrenador el sábado, después de ganar la Copa de Inglaterra 12 del Manchester United, ante el Crystal Palace (2-1 después de prórroga).

Ese trofeo era el primero importante del United desde la salida de su mítico entrenador Alex Ferguson en 2013.

Poco después de la victoria ante el Crystal Palace, la BBC y Sky aseguraron que el Manchester United le anunciaría el lunes su despido y que su reemplazo por Mourinho sería oficial el martes, día en el que el agente del portugués Jorge Mendes debe cerrar los últimos detalles del contrato.

Van Gaal ha tenido que hacer frente en los últimos meses a una gran presión e, ironía del destino, todo parece indicar que será sustituido por el hombre que tuvo como traductor en su primera etapa en el Barcelona.

Con un cuarto puesto en la pasada temporada y un quinto en la recién terminada, el balance es decepcionante para el United, que la próxima temporada no jugará la Liga de Campeones. Un fracaso todavía más claro cuando se tiene en cuenta que ha gastado 250 millones de libras en estos dos años para reforzarse.

Apuesta arriesgada

Este domingo, en declaraciones a Sky, el “se acabó” de Van Gaal al abandonar el hotel del equipo en Londres, después de haber firmado algunos autógrafos, sonó ya a sentencia definitiva y a confirmación tácita de su adiós.

Difícil en cualquier caso establecer la frontera entre una última provocación verbal y una auténtica información.

Lo que sí parece seguro es que el Manchester United lleva tiempo en la órbita de José Mourinho, el ‘ex Special One’ del Chelsea.

El portugués de 53 años, que estaba el sábado en Londres para asistir a un combate de boxeo, se mostró esquivo con las cámaras.

‘Mou’, ex además de grandes como el Inter de Milán y el Real Madrid, está sin equipo desde su despido en diciembre del Chelsea, al que había vuelto en 2013, después de una primera etapa exitosa (2004-2007).

El Manchester United rechazó hacer ningún comentario oficial sobre la cuestión del relevo en su banquillo.

La elección de Mourinho tiene también una parte de apuesta arriesgada, después de que la imagen del portugués quedara dañada por su última etapa en el Chelsea.

Con ocho títulos de campeón en cuatro países diferentes y dos Ligas de Campeones en su palmarés, Mourinho es un entrenador con experiencia acreditada, con un perfil que el United busca para pasar la página de tres años de decepciones.

Mourinho se reencontraría en la próxima temporada inglesa con dos de sus enemigos íntimos, el francés Arsène Wenger (Arsenal) y el español Josep Guardiola (Manchester City).

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