Desde que fue elegido en 2013, Bruno De Carvalho gustaba de seguir los partidos de su equipo desde el banquillo, algo que no podrá hacer durante el próximo medio año.

Los hechos se remontan al 6 de noviembre de 2016, luego de una victoria del Sporting sobre el Arouca (3-0) en la décima jornada del campeonato portugués, cuando ambos mandatarios se enzarzaron en el túnel de vestuarios.

Tras el incidente, el Arouca acusó a Bruno de Carvalho de haber escupido a Carlos Pinho, algo que fue desmentido por el club lisboeta, afirmando además que fue Pinho el que intentó agredir a De Carvalho.

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El Sporting tachó la sanción de “injusta” y desproporcionada” y anunció su intención apelar a través del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).

La federación también sancionó al dirigente del Arouca, Carlos Pinho (a quien iba dirigido el salivazo), que no podrá ejercer sus funciones durante los próximos 20 meses, precisó el ente en un comunicado.

Con información de AFP.