Nadal solicitó un tiempo muerto médico en medio del cuarto set para recibir un masaje en la parta alta de la pierna derecha. A continuación no podía correr con normalidad y cojeaba entre los intercambios.

Después de tres horas y 47 minutos, ‘Rafa’ dijo basta y se retiró, una rareza en un jugador que detesta dejar un partido antes del final. Es apenas la segunda vez que abandona en Grand Slam. La primera fue también en cuartos de Australia, en 2010, ante Andy Murray.

“Tenía la pierna completamente bloqueada, me dolía mucho cuando me movía. Esperé para ver si los antiinflamatorios me hacían efecto pero finalmente no podía moverme, y sin moverme no podía ganar”, señaló Nadal.

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En un partido de alto vuelo, incluso sin lesión, el número uno del mundo podía haber perdido porque Cilic le provocó problemas desde el principio.

“Estábamos haciendo un gran partido los dos. Es una verdadera pena para Rafa, que es un gran luchador, terminar así”, dijo Cilic, que disputará su segunda semifinal en Australia después de 2010.

En cuanto a los detalles de su lesión, Nadal no quiso hablar antes de pasar un reconocimiento médico el miércoles. En todo caso no se trata de la lesión en la rodilla que arrastró en los últimos meses de 2017, sí de un dolor en la parte alta de la pierna.

Muy afectado tras el partido, el español confesó su “tristeza”: “Es un torneo que adoro y me sentía capaz de luchar por el título, esto me ha pasado varias veces aquí”.

Con información de AFP