“Me siento un poco indignado porque no debería estar pasando por esto…No estoy tranquilo ahora que han reducido el castigo. Ahora tengo que sentarme con mis abogados para decidir qué paso vamos a tomar”, expresó Guerrero a la agencia Reuters citado por GloboEsporte.

El delantero, que por ahora debe pagar una sanción de 6 meses sin poder jugar —lo que a diferencia de antes le permitirá jugar el Mundial de Rusia con la Selección Perú— considera que su situación actual representa como si le hubieran cortado las piernas.

“No poder jugar es muy complicado. Ahora debo tener fuerza para luchar y estar de nuevo jugando al fútbol”

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Según Paolo, tanto él, como los médicos y hasta la Fifa ya tienen claro que lo suyo no fue un dopaje, sino una contaminación de la bebida que consumió antes del partido contra Argentina en La Bombonera. “Está claro, por la cantidad tan baja que salió en el dopaje”, explicó.

El goleador ‘inca’ se sostiene en que lo suyo es una injusticia:

“Yo debería estar disfrutando de mis vacaciones y estar concentrado en mis objetivos profesionales del 2018”

El cuerpo de abogados de Guerrero intentará ahora la absolución total del jugador en el Tribunar Arbitral del Deporte (TAS).

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