Aunque pudiera parecer sorpresivo, no lo es  tanto, pues estamos hablando de unos de los mejores tenistas no solo de la última década, sino de todos los tiempos.

En ese sentido, estos jugadores tienen un plus más allá de los demás. Puede que su físico no sea el mismo de años anteriores, pero su mentalidad y experiencia supera la mayoría de los competidores.

Todos aún conservan esa hambre de triunfo y tienen la motivación de seguir rompiendo récords o aumentando los propios: Federer quiere sumar su Grand Slam número 18, más que ningún otro deportista de la rama masculina; Si Serena gana, será la deportista con más torneos grandes en la historia; Venus podría ser la mujer de más edad en ganar uno en los últimos tiempos; Nadal alcanzaría el segundo lugar de más Abiertos…

Asimismo, saben controlar el juego y sus emociones, conocen no hay que desfallecer si el marcador está en contra, pero tampoco confiarse si el tablero está a favor. 

Más allá ese aspecto mental, fundamental en todos los deportes, también hay otras condiciones que los benefician como que hoy en día la medicina deportiva está más avanzada, además de que por sus altas ganancias, los deportistas top tienen una vida de reyes.

“Los jugadores pueden permitirse llevar a los nutricionistas y fisioterapeutas con ellos durante su gira. Pueden tener suites de hotel y jets privados. Se benefician de la medicina moderna y el tratamiento de vanguardia. Seguramente esto juega un papel en la reducción del desgaste y alentar la longevidad”, sostiene Sport Illustrated.

Por otro lado, en el caso de Federer y Nadal, vienen de lesiones que los tuvieron el año pasado, pero que les dio la oportunidad de prepararse a consciencia y con calma, algo que no podían hacer en años anteriores por lo lleno de su  agenda.

En el caso de las Williams, se cuidan más y son más selectivas a la hora de jugar. Los años en que jugaban hasta 20 campeonatos en la temporada. Por ejemplo, Serena sólo jugó siete torneos en 2016. Es como cuando en un carro se anda menos kilómetros para cuidar su funcionamiento, concluye Sport Illustrated.

 

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