“La idea fue simple. Queríamos emborracharnos y jugar fútbol. Pensamos que sería divertido jugarlo y que también sería algo divertido para ver“, manifestó a BBC Mundo uno de los creadores de lo se conoce como el ‘drunk football’ o fútbol borracho.

Antes del saque inicial, los jugadores de ambos equipos se ‘sometieron’ a una fiesta con pizza, vino, whisky y vodka —donde bebieron a través de un embudo— con el fin de llegar los más embriagados posible al partido.

Ya en el encuentro, la regla fue que un gol sería válido solo si el anotador superaba los 1,0 grados de alcohol en su sangre después de una prueba que se le practicaba inmediatamente. Al medio tiempo, en vez de agua se ofreció tequila a los futbolistas para reforzar su embriaguez.

Daily Mail da cuenta de que desde el inicio del partido los jugadores experimentaron “los efectos negativos del consumo excesivo de alcohol” como los mareos y la poca coordinación, tal cual se aprecia en este video. Aun así se anotaron 7 goles en el compromiso:

Dijeron los creadores de la idea a BBC Mundo que descartaban la idea de volver a hacer un nuevo partido, sobre todo por la resaca del día siguiente.

 

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