A pesar de una reciente inauguración pomposa, Peñarol se queda sin poder jugar partidos del campeonato uruguayo en su nuevo y resplandeciente estadio, por no contar éste con el cerco perimetral que exige el reglamento de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).

La Mesa ejecutiva de la AUF decidió, el viernes por la noche, fijar el encuentro del domingo entre los aurinegros y River Plate en el estadio Centenario, en vez de permitirle a Peñarol jugar en su nuevo estadio –inaugurado el pasado lunes y miércoles con espectáculos y un partido amistoso– por considerar que no cumple con la normativa vigente, informó a la AFP Fernando Goldie, secretario de la instancia.

La decisión de la asociación nacional supone un revés embarazoso al multimillonario proyecto del club uruguayo, cinco veces campeón de la Copa Libertadores de América, cuya realización ha sido marcada por varias polémicas.

La última tuvo que ver con la falta de soluciones urbanísticas para el entorno de la cancha, lo cual generó un colapso de las rutas aledañas en los espectáculos inaugurales, con miles de vehículos atascados durante horas.

Es una paradoja. Peñarol puede jugar (en su nuevo estadio) una final del campeonato del mundo o una final de la Copa Libertadores, pero no un partido del campeonato uruguayo”, admitió Goldie.

Lo único que frena la habilitación del “Campeón del Siglo” para el campeonato uruguayo es la reglamentación interna de la AUF, ya que el estadio ya cumple con los requisitos establecidos por el ministerio del Interior y las autoridades locales, informó su arquitecto Luis Rodriguez Tellado.

La traba actual se explica por el hecho de que en Uruguay “hace 30 años que no se hace un estadio”, explicó Goldie, para quien el reglamento de la AUF no está adaptado, aunque “debe ser cumplido”.

Seguimos creyendo en un estadio sin violencia y en el retorno a la familia” al fútbol, expresó a la AFP Ricardo Rachetti, prosecretario del Consejo Directivo del Club Atlético Peñarol quien calificó la decisión de la AUF de “incomprensible”.

Según Rachetti, el nuevo estadio “reúne todas las condiciones” para que el club garantice “toda la seguridad ” en los partidos, sin un alambrado.

Desde la concepción del proyecto, el club descartó la incorporación de los tejidos laterales entre la cancha y las tribunas, siguiendo el modelo de los estadios europeos, donde “no hay cercos” y donde la seguridad se garantiza a través del autocontrol de las hinchadas y la penalización de los espectadores que cometen infracciones, explicó a la AFP Rodríguez Tellado.

El arquitecto señaló que muchos de los tejidos que cercan las canchas de otros equipos uruguayos tienen una función “simbólica” y “no resisten en caso de que los espectadores se trepen” a ellos.

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Consciente de que no cumplía con el reglamento vigente a nivel nacional, Peñarol solicitó el lunes a la AUF una exención de la exigencia del cerco lateral, ya que su estadio sí cuenta con cercos más altos y robustos en las cabeceras, que separan a las “barras bravas” del terreno de juego.

Pero esta solicitud no pudo ser zanjada, ya que la Asamblea de clubes de la AUF no logró ponerse de acuerdo ni siquiera sobre los términos de la votación.

Detrás de la falta de decisión de la asamblea, se vislumbra una lucha política entre los diferentes clubes uruguayos, quienes no serían favorables a una salida exclusiva para Peñarol pero estarían dispuestos a encontrar una solución colectiva al problema.

¿Aceptará Peñarol instalar un cerco para poder usar su nuevo estadio o insistirá en su postura de marchar hacia un “cambio de mentalidades” en el fútbol uruguayo, como dijo uno de sus dirigentes? La Comisión directiva del club se reunirá el martes para discutir el tema y posibles soluciones.

“Estamos a la espera de lo que resolvamos en la sesión directiva”, señaló Rachetti, pero “entiendo que Peñarol debe mantener su postura y no poner alambrado hasta el cambio de reglamentación”, manifestó.

AFP

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