A pesar de que los dos son paisas, apenas se vieron por primera vez en Brasil durante los Juegos. No tuvieron mucho tiempo de compartir, pues estaban concentrados en sus respectivas competencias.

Carlos Ramírez en su participación en el BMX, donde logró la medalla de bronce, y Estefanía Álvarez, quien junto Mónica Arango, fueron el primer dueto de nado sincronizado de Colombia en estar en unos Olímpicos.

“En Río yo decía que Estefanía era muy bonita y hasta intenté regar el chisme para que supiera. Cuando llegamos pudimos hablar más, empezamos a salir y se dio”, cuenta Carlos, quien cierra un año de ensueño en el que terminó de número dos del ranking del BMX de la Unión Ciclística Internacional.

Estefanía, quien junto a su compañera Mónica en Río se robaron los suspiros de más de un aficionado, sostiene que con el bicicrosista mantienen una relación que se ha fortalecido por la admiración que siente el uno por el otro.

“Es una excelente persona y deportista, y me llena de orgullo poderlo acompañar y apoyarlo”, cuenta la nadadora sobre su relación que saltó a la luz definitivamente en esta semana de premiaciones en la que a Carlos Ramírez le otorgaron, entre otros galardones, los brindados por El Espectador y el Comité Olímpico Colombiano.

Por lo pronto, Carlos y Estefanía se toman las cosas con calma. Son jóvenes y saben que van poco a poco en esta relación. Igual, tienen la ventaja que comparten una misma meta, llegar a Tokio 2020.