Cuando iba un cuarto de hora de juego, el árbitro Edgar Ramos paró el compromiso por el agresivo actuar en la tribuna del papá de uno de futbolistas del Despertar.

“Este hombre estaba amenazando y perturbando el partido; frente a esta situación y como no había presencia policial, decidí pararlo”, señaló Ramos al diario deportivo A Bola.

Fue entonces cuando el hijo de este ruidoso hincha, Martim Venancio, se dirigió hacia el silbato y le pidió un abrazo.

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“Le dije enseguida que sí y él me respondió ‘señor árbitro, le pido disculpas por el mal comportamiento de mi padre’“, se lee en el informe de Ramos, publicado en la página de Internet de la Asociación de Fútbol de Beja.

Para recompensar el gesto del infante, el juez decidió atribuirle al menor una tarjeta blanca, usada por la Federación Portuguesa de Fútbol desde 2017 para promover el ‘fair play’ en el balompié juvenil.

Después de una ovación del público al niño, el partido pudo seguir. Mientras el padre se quedó avergonzado en una esquina.

Con información de AFP.