Así fue como antes de que concluyera la práctica, decenas de personas consiguieron burlar la seguridad del estadio Arena da Amazonia y uno de ellos llegó incluso a tirar al piso al ‘10’ en su afán por conocerlo:

Cerca de quince mil personas pudieron presenciar el entrenamiento a cambio de una donación de un kilo de alimentos para instituciones de caridad.

La iniciativa formaba parte del acuerdo entre la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y la Justicia, después de que Fiscalía solicitara la cancelación del partido en la ciudad por los precios de las entradas, considerados “abusivos”.

Al Neymar pareció no molestarle el hecho. Una vez finalizado el entrenamiento envío varios balones a las gradas, regaló su camiseta e incluso se acercó para abrazar a varios aficionados, informa el periódico Folha de São Paulo.

Asimismo, Fernandinho, centrocampista del Guangzhou Evergrande chino, que intentó poner orden durante el incidente, restó importancia a lo acontecido en la rueda de prensa posterior al entrenamiento.

“Es por el cariño que existe por parte de los aficionados hacia nosotros, los jugadores. Sólo les pedí que tuvieran calma para que no pasara nada”, señaló el jugador.

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