“Con una tristeza inimaginable tenemos que anunciar el fallecimiento de nuestro corredor y amigo Michael Goolaerts”, anunció la formación belga en un comunicado.

Tras llegar al centro hospitalario, luego de la emergencia en plena carrera ciclística, las primeras informaciones confirmaban la gravedad del estado de Goolaerts, con “pronóstico vital comprometido”, según la misma organización de la carrera.

Según las imágenes de televisión, el ciclista belga estaba tendido en el suelo, los brazos en cruz, sin la presencia de otros participantes, en el segundo de los 29 tramos de adoquines de la mítica prueba.

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Según una fuente cercana al corredor, el paro cardiorrespiratorio, que duró varios minutos, tuvo origen médico, es decir, no sería como consecuencia de la caída, sino anterior.

Michael Goolaerts
Michael Goolaerts / AFP

Gooaerts era profesional desde 2014, sin cumplir aún los 20 años, con el mismo equipo del Vérandas Willems. Un año después pasó a la formación filial del equipo Lotto, donde corrió durante dos temporadas, antes de regresar al Vérandas Willems, dirigido por el belga Nich Nuyens, antiguo ganador de la Vuelta a Flandes.

Alto y corpulento (1,86 m y 80 kg), Goolaerts era muy buen rodador y un ciclista con posibilidades en las clásicas de un día, aunque aún no había logrado ninguna victoria en el pelotón profesional.

Su última carrera antes de la París-Roubaix fue la Vuelta a Flandes de hace una semana, aunque no la terminó.

Este drama recuerda al de otro joven corredor belga, Daan Myngheer, fallecido en 2016 a los 22 años tras sufrir un ataque cardiaco mientras participaba en el Critérium Internacional en Córcega.

Coincidencias del destino, Myngheer había corrido el año anterior a su fallecimiento en el Vérandas Willems.

La edición 116 de la París-Roubaix, ganada por el eslovaco Peter Sagan, fue particularmente accidentada y otros cinco ciclistas acabaron en diversos hospitales como consecuencia de caídas.

Con información de AFP