Si no que lo diga la serbia Sara Marjanovic, la primera rival oficial de Mónica hace un año en Posdam. La colombiana la tiró a la lona en el primer asalto y al final del cuatro pactados ganó por decisión unánime, cuenta El Heraldo.
Su debut en el boxeo profesional llegó tarde, a los 28 años, y su relación con este deporte se dio casi que por casualidad. Luego de dar a luz a su hijo Santiago Jesús, Mónica se metió a entrenar boxeo para bajar de peso rápidamente y recuperar su esbelta figura.
Antes, esta mujer nacida en Villa Hermosa (Meta), tenía una carrera como cosmetóloga y modelo. Incluso, hubo ocasiones en que trabajó también en un ring de boxeo, pero como la sensual mujer que lleva el cartel que anuncia el número del asalto de la pelea.
En medio de ese entrenamiento como pugilista aficionada con fines estéticos, fue que le dijeron que tenía talento para el deporte de las narices chatas.
“El entrenador de boxeo que me estaba guiando me dijo: yo te veo algo especial, deberías llevar esto al profesionalismo. Yo toda la vida había querido ser deportista profesional y entonces me sonó. Desde los 10 años practiqué baloncesto, atletismo, fútbol, voleibol y muchos otros deportes, me encanta el deporte, en el colegio me decían ‘Coldeportes’. Por eso dije sí, dale con el boxeo”, narró a El Heraldo.
Mónica sigue teniendo un cuerpo con unas medidas de ataque: 98, 65 y 105. A eso añádale sus 1.78 de estatura y su bello rostro. Un verdadero bombón, como seguramente varias veces le dirán en la calle. No obstante, ahora cuando está en el ring llega a noquear a sus adversarios.
“Lo primero que me pregunta todo el mundo es: ¿Y tu nariz? ¿Y tu rostro? ¿Por qué te metiste en eso? Tú no pareces boxeadora. Yo me enamoré del boxeo porque es un deporte que exige demasiada resistencia y disciplina. ¿Y mi cara? Yo me cubro muy bien, trato de no bajar nunca la guardia y camino mucho el ring, es difícil que me puedan golpear”, sostiene la pugilista, quien asegura seguir siendo muy femenina.
Su próxima pelea será el 29 de abril ante la barranquillera Glenis Cardona. Será un peldaño más en su sueño que es convertirse en campeona mundial del peso ligero.
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