Pero su primera gran actuación la hizo en Parque Patricios, en el debut copero ante Huracán. Si bien tuvo varias intervenciones claves, hubo dos que sobresalieron. La primera fue en un tiro libre que cobró Rodolfo Montenegro, y Armani voló al ángulo y evitó el gol:

La segunda fue una doble atajada tras un potente disparo de Bogado. El partido terminó 2-0 para la visita con goles de Marlos Moreno y Orlando Berrío.

Tras ese encuentro, hubo dos de relativa calma para el portero: las victorias 2-0 sobre Peñarol y 3-0 contra Sporting Cristal, ambos en casa. Pero después Nacional visitó al equipo peruano y de nuevo Armani fue vital.

La primera atajada fue justo después de que su equipo abriera el marcador, por lo que era importante no dejarse empatar. Armani interrumpió bien un tiro tras desborde de Ávila y luego evitó que un volante rematara, adueñándose del balón incluso poniendo en riesgo su integridad.

Tras esa intervención vino otra muy arriesgada, ya en la segunda etapa. Una mala devolución de balón de Díaz que le quedó a un rival, pero la velocidad del argentino en su salida ante el atacante, casi al borde del penal, salvó el empate.

De nuevo Nacional tuvo un partido controlado contra Peñarol, esta vez en Uruguay, donde se impuso 4-0. Y tras ese encuentro, llegó una seguidilla de partidos antes Huracán: el último de fase de grupos y los dos de octavos.

En el primero de ellos, el marcador fue 0-0 en Medellín, pero la figura esa vez fue su colega Marco Díaz. Pero en la ida del ‘mata-mata’, Armani volvió a ser determinante.

Apenas comenzado el encuentro detuvo magistralmente un tiro desde fuera del área sin dar rebote:

Pero sin duda la más importante fue la del minuto 90. Se trató de la opción más clara de gol de ambos equipos, cuando Armani, de nuevo en doble jugada, sacó un remato a quema ropa de Mancinelli y después mandó el balón al tiro de esquina.

En la vuelta tampoco pudo ser terminante, pues Huracán metió dos goles y la polémica fue protagonista. Y lego llegó la inolvidable triple atajada en Rosario que le dio la vuelta al mundo y que sirvió para solo ir a Medellín con una desventaja de un gol.

Franco Armani tampoco vio mucha actividad en el juego de vuelta, donde la gesta fue de los de arriba. Nacional ganó agónicamente 3-1 y selló el pase a la semifinal con Sao Paulo, donde ahí volvió a aparecer el argentino.

Fueron tres las atajadas monumentales de Armani en el Morumbi. La primera a Thiago Mendes:

La segunda, la más difícil, luego de un taponazo de Michel Bastos:

Y la tercera de nuevo ante Bastos:

Nacional puede avanzar a la final de la Copa Libertadores tras 21 años en gran medida a estas atajadas de Armani, quien ya se convirtió en ídolo del equipo.

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