La versión inicial de su historia es que huyó con su padre de Siberia (Rusia) evitando ser alcanzados por el desastre nuclear de Chernobyl en 1986.

Sin embargo, la otra cara de la moneda es que Yuri Sharapov se fue con su hija Maria a Estados Unidos “impulsado por el dinero, a trabajar en los campos petroleros”, explica la crónica de tinte revelador que hace el Daily Mail, que habla del oscuro pasado causante de la obsesión de Sharapova por ganar y hacerse rica.

Cuenta el Daily Express que de niña recibió  una vieja raqueta de tenis y en su casa de Soshi (Rusia) era capaz de pasar horas golpeando la pelota contra la pared y rogándole a su padre que la llevara al parque.

Pero fue solo hasta los 3 años de edad de Maria cuando el hombre descubrió que su hija tenía una coordinación excepcional para ese deporte y que ella podría representar su pasaporte a la riqueza.

A los 6 años de la niña pudieron viajar a Florida (EE.UU) sin la compañía de la madre por cuestiones de dinero y mientras obtenía permiso para salir de la Unión Soviética.

“Sharapova era profundamente infeliz durante sus primeros años en Estados Unidos. Celosa de su capacidad, las niñas ricas de la Academia de Tenis Bollettieri – donde ganó una beca – se burlaban de ella por su acento y porque su padre trabajaba como lavaplatos en un restaurante”, se lee en el Daily Mail.

Yuri, con una “mentalidad despiadada”, estaba enfocado en hacer de su hija la mejor, pero pudo haber exagerado. Según uno de sus primeros entrenadores, el padre hacía entrenar a Maria hasta que le salieran ampollas en las manos y la reprendía cuando se caían sus números en la cancha.

No obstante, la estricta metodología dio sus frutos, pues la rusa ganó a sus 9 años un torneo para niñas de 16, y a los 17 se coronó campeona de Wimbledon. Su padre cambió poco tiempo después la modesta casa en La Florida por una mansión, al mismo tiempo que reemplazó el carro Honda que tenían por una limusina.

Sumado a lo anterior, surgió el éxito comercial para Sharapova, con varias marcas importantes detrás de ella para ser su imagen. Mientras tanto, Yuri Sharapov facturaba como mánager de su hija, al punto de cobrar 100 mil libras esterlinas por conceder una entrevista.

Dice el Daily Mail que la presión constante de su padre hizo que Maria se convirtiera en un ser introvertido que salía por medio de sus potentes gritos en la cancha y que llegó al punto de negarse a firmar autógrafos a los aficionados.

La publicación sugiere que hubo un segundo factor llamado Serena Williams en el declive de la tenista rusa: no ganarle a la actual número uno del mundo en los últimos 18 partidos que han jugado.

Entre las 2 no solo hay un historial deportivo de rotunda superioridad para la estadounidense, sino que tienen en común la existencia de Igor Dimitrov, tenista búlgaro que reemplazó como novia a Serena por María. Por eso mismo se dice que cada que Sharapova es vencida por la menor de las Williams, esta siente un “placer particular”.

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