A sus 40 años, Ángel sintió “muy cercana” la obtención del título continental, pero destacó, en entrevista con Semana, que eso es el reflejo de la solidez deportiva e institucional del club y a que la afición entendió que “el conflicto, el acoso y la hostilidad no eran la forma de alentar” a los jugadores.

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“La hinchada maduró y se transformó. Cuando llegué había mucha hostilidad”, recuerda el exdelantero antioqueño que marcó 73 goles en 175 partidos con la camiseta verdolaga.

“Medellín es especial. Aquí se respira fútbol, y la gente entiende la relevancia que Atlético Nacional tiene para la sociedad. Somos respetuosos, pero sabemos lo que representan nuestros colores”, dijo a la revista.

Aunque esa no fue la única clave para que el equipo antioqueño alcanzara su segunda Copa Libertadores de su historia, Ángel destaca que remar para un solo lado sirvió para orientar mejor los objetivos del equipo.

“Hubo una gran armonía entre la hinchada, los jugadores, el cuerpo técnico, las inferiores, los directivos, los dueños y la parte administrativa”, pero sobre todo,  un plan digno de un equipo organizado que está en proceso de reinvención, porque se ha “ha desarrollado una mirada del equipo como producto”, destacó a Semana.

Ángel aclara que el proyecto de Nacional campeón involucró un trabajo coordinado y a que existe una identidad y una historia que convierte al equipo en una “plataforma de exposición a nivel mundial que no es inferior a ningún otro club importante a nivel latinoamericano”, sostuvo.

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