Paradójicamente, muy cerca de las playas que lo vieron llegar con 16 años para cumplir su ‘sueño americano’, terminó su vida tras accidentarse en un bote en la madrugada del domingo.

Cuenta El Mundo de España, en un artículo del año 2011, que antes de ser seleccionado en el ‘draft’ estudiantil de ese año en los Florida Marlins, el lanzador José Fernández también era considerado en su natal Cuba como una promesa del montículo.

El talento mostrado en varios equipos de las categorías infantiles de la provincia Santa Clara, lo llevó a ser elegido para ingresar en la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar de Cuba, a donde llegan los mejores talentos deportivos de la isla; no obstante, su ambición era mayor y por eso quería estar en la gran carpa de la ‘pelota caliente’.

Pero aparte de buscar un futuro mejor en Estados Unidos, su objetivo de salir de Cuba era reunirse con su padre, que residía en la ciudad de Tampa (Florida) desde 2005. Sin embargo, no lo tuvo nada fácil para lograr el objetivo.

Me encontré con esta balsa cubana. ¡Vuelven locos recuerdos!

Estuvo 7 días perdido en altamar, hasta que los guardacostas estadounidenses lo devolvieron a las autoridades cubanas, quienes a su vez encerraron por 15 en prisión al joven que por entonces solo tenía 14 años. Además, por tomar la decisión de escapar, lo expulsaron del noveno grado de secundaria.

Fernández no desistió de su idea, y otro de los intentos por llegar a suelo norteamericano tuvo que lanzarse al agua para rescatar a su madre que por poco muere ahogada, tras caer del bote. En ese mismo viaje, el lanzador cumplió con su objetivo, según lo cuenta Univisión.

Este mismo portal resalta que la barrera del idioma la derribó Fernández con sus lanzamientos. “Antes de eso, nadie quería hablar conmigo. Entonces me vieron jugar y todo el mundo me quería hablar… y trataron de hablarme en español”, decía acerca de su paso por la escuela Tampa Alonso High School, con la que ganó dos campeonatos estatales.

Una de sus claves para que finalmente fuera seleccionado por los Marlins fue la velocidad que alcanzaba la bola, proveniente de sus brazos. De 84 pasó a 94 millas, y según su entrenador Landy Feado, esto se debió a que “tenía más comida aquí que en Cuba. Se puso en el peso correcto y sus pies ya no se iban para todas partes al lanzar”.

En su primera temporada en la MLB, José Fernández llegó al Juego de las Estrellas, fue el Novato del año y quedó en la tercero en la votación que elige a los mejores lanzadores; paradójicamente, en la misma semana antes de morir tuvo la mejor presentación de su carrera en Grandes Ligas, con 12 ponches en 8 entradas lanzadas.

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