“Basta leer los comentarios debajo de los artículos para ver a la gente sacando sus conclusiones sin tener la evidencia completa, lo que es una vergüenza”, dijo Harrington a la revista especializada Cycling Weekly.

Froome debe demostrar que la alta concentración del medicamento Salbutamol que se encontró en su orina después de la etapa 17 de la Vuelta a España 2017 no fue como resultado de exceder la dosis permitida de 800 mg por 12 horas.

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“Froome no ha sido suspendido y es elegible para integrar selecciones nacionales”, recordó Harrington, quien espera que el asunto esté resuelto antes de los Campeonatos Mundiales de Pista, que se correrán en Austria, en septiembre.

Froome niega haberse dopado y está colaborando en la investigación de la Unión Ciclística Internacional.

“Mientras alguien está tratando de probar (su inocencia), se debate en la corte de la opinión pública y esto por supuesto es un golpe a la reputación del ciclismo, la de los atletas y no es una situación agradable de manejar”, opina Harrington.