Inmediatamente después de recibir el insulto machista desde una de las tribunas del estadio en el que se disputaba el juego, la árbitra Marta Galego detuvo el partido y ordenó la expulsión del hombre que la ofendió.

La jueza se apoyaba en una resolución de la Federación Catalana de Fútbol (Federació Catalana de Fútbols) que permite a los árbitros detener los partidos y expulsar a las personas que lancen ofensas, esto en el marco del proyecto ‘Zero insults a la grada’ (Cero insultos en la grada), de la misma federación.

El asistente al partido que fue expulsado es socio de la UE Valls (que a la postre ganaría el partido), y se demoró tres minutos en abandonar el estadio, indica el medio catalán El Travesser. Luego de eso, la jueza reanudó el encuentro, en medio de las vivas que le lanzaban desde las tribunas los aficionados que sí se pudieron quedar.

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