Era una de las promesas del tenis femenino en los 90, cuando solo era conocida como Mirjana Lucic. En 1998, con solo 16 años, ganó el Abierto de Australia en dobles junto con Martina Hinguis. Un año más tarde, alcanzó las semifinales de Wimblendon, recuerda Sport Illustred.

Alcanzó a ser la número 32 del mundo y parecía que era cuestión de pocos meses para que se apoderara del número uno.

No obstante, las aspiraciones quedaron solo en eso y durante la primera década del siglo XX, el nombre de Mirjana Lucic pasó al olvido. Recién se volvió a saber de ella en un torneo grande en el 2010.

La verdad salió a la luz en 2006: Lucic confesó que su padre y técnico, Marinko, la golpeaba y que además se quedaba con el dinero que ganaba en los campeonatos.

Ante la situación, la deportista huyó a Estados Unidos junto a su madre y sus cuatro hermanos. “Hubo muchas cosas que nadie podría imaginar. Era peligroso para mí quedarme en Croacia”, dijo la deportista al diario croata Slobodna Dalmacija, citado por The New York Times.

Miranko, quien participó con Yugoslavia en los Juegos Olímpicos, nunca aceptó las acusaciones de maltrato y en una carta explicó: “Si alguna vez le di algún cachetazo fue sólo por su comportamiento, siempre hice lo que creí que era mejor para ella”.

Sin dinero, sin apoyo y sin entrenador, Lucic debió empezar su carrera de nuevo. Con paso lento para seguro volvió a la elite del tenis. En su renacer para el tenis, se agregó un apellido, luego de casarse con el italiano Daniele Baroni, y su nombre comenzó a sonar de nuevo con fuerza en el circuito.

En el Abierto de Estados Unidos 2014 dio una primera campanada al llegar a los octavos de final. Pero a los 34 años, en esta versión del Grand Slam de Australia,  fue que se volvió a consolidar en lo más alto del tenis.

Llegó hasta las semifinales y aunque perdió con Serena Williams, su historia de superación quedará para siempre, así como varias de las emotivas frases que dijo luego de ganar algunos de los partidos en Melbourne:

A la m%$@ con todo y con todos los que te dicen que no puedes lograrlo. Hay que reaparecer y hacerlo con el corazón”

Algún día, contaré la larga historia de todo lo que me ha sucedido. Esto es una locura. No puedo creer que otra vez estoy en unas semifinales. Estoy en estado de shock ahora mismo”.

Nunca hubiera soñado con volver a estar aquí otra vez. Jamás olvidaré este día”.

LO ÚLTIMO