Sucedió en la parte final del partido contra el Genoa el pasado domingo 28 de mayo, donde el resultado (la Roma venció 3-2 ) fue opacado por el adiós al jugador más importante del equipo de la capital.

En medio de lágrimas, al igual de los miles de aficionados que estaban en el estadio Olímpico de Roma y también de muchos de los que lo veían por televisión, Totti le dio la vuelta a toda la cancha para despedirse de sus hinchas y cuando llegó a la tribuna sur le dieron un balón, lo firmó, le escribió ‘Te extraño’ y lo pateó para regalarlo.

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Los hinchas lucharon por llevarse el botín y el afortunado fue Thomas Lintozzi, un joven de 26 años, que tenía uno, cuando Totti comenzó a jugar de forma profesional en la Roma. Linzotti también ha sido hincha del equipo desde niño y asiste al estadio en cada partido de local.

“Fue una emoción única, cuando vi el balón volar hacia mí estaba incrédulo. Este balón es un símbolo para mí y para toda Roma. Irá de generación en generación”, aseguró a la Gazzetta dello Sport el joven aficionado, que desde que consiguió el balón, duerme junto a este en cada noche.

Aunque seguramente, el aficionado podría vender fácilmente el balón por internet y le pagarían varios euros por este, Linzotti prometió que no lo haría.

“Para mí es sagrado. Soy un chico de la curva, un enamorado de la Roma y de Totti, pasé de las lágrimas de su vuelta al campo a la alegría de apretar fuerte este balón. No lo venderé por cifra alguna, ni por 100.000 euros. Lo guardaré en el banco, en una caja de seguridad”, confesó.

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