El valioso triunfo llegó con un gol en contra del defensa norirlandés Gareth McAuley a los 75 minutos tras un centro desde la izquierda del astro galés Gareth Bale.

“Sabíamos que iba a ser muy difícil como iban a jugar ellos. Hicieron el partido complicado. Marcamos un tanto, es suficiente”, se conformó Bale.

Gales se clasifica por primera vez para los cuartos de final de una Eurocopa y se jugará el pase de semifinales le próximo viernes en Lille contra le ganador de la eliminatoria que sostendrán el domingo en Toulouse Bélgica y Hungría.

“Es genial”, se felicitó el técnico galés Chris Coleman. “Dimos muestra de mucho coraje. Prefiero esto, llegar a cuartos, aun si no hemos jugado bien”, añadió reconociendo el bajo nivel.

Michael O’Neill había dicho en la previa que esperaba un “partido británico a la antigua” y el veterano seleccionador norirlandés no se equivocó.

Gales cedió la iniciativa de inicio e Irlanda del Norte estuvo carca de aprovecharlo. Tras un cambio de orientación de derecha a izquierda, Stuart Dallas conectó un fuerte disparo con la zurda que obligó a Wayne Hennessey a desviarla a córner.

Pero Irlanda del Norte demostró por qué fue el equipo con menor posesión de balón de toda la primera fase: su dificultad para dar más de tres pases seguidos. Los galeses se hicieron con el balón y empezaron a llegar con algo de peligro al arco defendido por Michael McGovern.

En una cabalgada de Gareth Bale, su centro no lo remató de tacón por poco Aaron Ramsey, que poco después marcó un gol que fue anulado por fuera de juego, después de rematar en boca de gol una dejada de cabeza de Sam Vokes.

En el minuto 22 respondió Irlanda del Norte con un chute desde la frontal del área de Jamie Ward, que el portero galés volvió a despejar a córner.

A partir de ese momento el partido se convirtió en un duelo de pelotazos de un lado a otro, sin ningún control y el único peligro por parte de los dos equipos llegaban en centros en los que los defensas siempre se imponían a los delanteros.

“No merecíamos este resultado. Fue un partido equilibrado. Ha sido una derrota cruel. Sabía que podíamos hacer algo y no estuvimos lejos de los cuartos”, se lamentó O’Neill.

Adiós al milagro norirlandés. Los galeses, en cambio, pueden seguir soñando.

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