En la imagen, que fue subida a redes sociales por el propio deportista, se ve la gran musculatura que tiene el último campeón de La Vuelta a España y el Tour de Francia. En su cadera derecha además se nota una herida, producto de una caída durante la última ronda ibérica.

Sin embargo, y pese a lo que muchos podrían pensar, el mismo Froome no se siente cómodo con ciertas partes de su cuerpo, tal como lo reconoció a The Times.

“Mi cuerpo tiene proporciones ridículas; delgado en la parte superior y muchos músculos en la piernas. Me siento un poco raro delante del espejo”, admitió el ciclista.

“Eso pasa, pero estoy ansioso de meterme al gimnasio cuando me retire para moldear un poco los bíceps y sacar algo de hombros para balancear un poco la cosa”, añadió.

Today in The Times Sport #MySportingBody 📸 @marc.aspland

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Pero, ¿cómo mantiene el estado físico un deportista de alto nivel como Froome?

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El propio pedalista reconoció que en 2015, luego de unas pruebas fisiológicas descubrió que el porcentaje de grasa en su cuerpo era de 9,8%, algo bastante alto, según él, pero “sabía que si lo reducía más podría ser peligroso” y “afectar el sistema inmunológico”.

La relación peso corporal-potencia obsesiona a muchas personas en el ciclismo, pero Froome admitió que llegó casi un kilo más pesado a La Vuelta que al Tour y fue incluso más fuerte en España.

“En vacaciones me ‘engordo’ unos 6 o 7 kilos cuando empiezo a comer normalmente y no entreno 5 o 6 horas al día. Tengo un muy buen apetito, así que hacer dieta es bastante complicado”

Sobre su dieta, el corredor del Sky le explicó a The Times que tiene la costumbre de comer uno o dos turrones cerca del final de las etapas, junto con claras de huevo y mucha azúcar.

En las etapas de montaña más arduas, el cuatro veces campeón del Tour de Francia reconoce que se queman “entre 5.500 y 6.000 calorías, terminando el día casi 3 kilos más livianos de lo que se inició la etapa y habiendo tomado casi 5 o 6 litros de líquido.

Froome, que no suele consumir café y se considera un “hombre de té verde”, en las etapa claves de las grandes vueltas “una hora antes del final me tomo un expreso doble con azúcar que guardo en una botella parecida a una de champú”. Según él, esto le ayuda para esos días en que se define la clasificación general.

El británico de 32 años participará este domingo en la contrarreloj por equipos del Mundial de Ciclismo que se disputará en Bergen, Noruega.

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