El llamativo bigote del joven de 27 años dio suerte a su propietario, y quizá hasta pudo mejorar la aerodinámica de su vuelo sobre los esquís.

Me lo dejé hace dos años y me ha ido bien con él“, confesó un sonriente Johansson a los periodistas, luego de lograr la primera medalla olímpica de su carrera.

“¡Lo mejor en los Juegos Olímpicos de Invierno hasta ahora: el bigote de Robert Johansson!”, se podía leer en Twitter, donde su imagen generó más comentarios que su salto de 106 metros.

AFP