Sobre el mismo césped que minutos antes vio cómo sus jugadores derrotaron 3-0 a Villarreal, remontando una serie que perdían 1-0, el alemán Jurgen Klopp causó sensación.

Con la euforia que se le conoce, dirigió a los hinchas de todas las localidades para recibir una ovación a cambio, con una sonrisa imborrable en su rostro. Es una señal de los feliz que es haciendo su trabajo y de cómo vive y siente el fútbol.

Ahora su equipo enfrentará al Sevilla español, que buscará hacer historia y consagrarse por tercera vez consecutiva en la segunda competición más importante de clubes de Europa.

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