Ocurrió en la definición de la primera etapa de aquella edición que comenzó en Inglaterra.

Mark Cavendish, jugando de local, al parecer en la búsqueda desesperada de un espacio en el embalaje decidió encontrarlo de una forma poco usual.

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El velocista, por entonces en el equipo Quick Step, decidió recostarse literalmente sobre el australiano Simon Gerrans y trató de incomodarlo poniendo su cabeza sobre el hombro de su rival para que se hiciera a un lado.

Dicho acto terminó inevitablemente con los corredores en el piso, entre ellos el propio Cavendish que acabó con la clavícula dislocada, como se recuerda en The Telegraph.

Esta es otra de las acciones que se le recuerdan a uno de los mejores esprinter de la historia, luego de protagonizar una caída producto de un codazo del eslovaco Peter Sagan. Quienes lo defienden aseguran que Cavendish trató de meterse por un lugar en el que no cabía.

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