“Nosotros tuvimos una discusión. En el hotel llamaron a la policía. Lo que me dijo la policía fue que a él se lo iban a llevar para calmarlo, que me fuera yo primero y luego ellos lo enviaban. Nunca pensé que iban a hacer todo eso que hicieron de prensa, de llevarlo allá a juzgado”, afirmó Bazán.

“Como ustedes vieron, a los días que pasó el suceso yo publiqué fotos de cómo me encontraba. Yo estaba bien, y él nunca… La verdad fue que de una discusión no pasó…”, declaró ella.

“Hemos trabajado por la familia para estar bien en cuanto a la familia, al trabajo (sic)”, añadió la esposa del futbolista.

La mujer, además, hizo una petición las personas que han estado pendientes de lo sucedido: “Quiero invitarlos a que le den vuelta a la página, ya que tengo una familia muy linda, tengo dos hijos, un grandioso esposo, que es Pablo Armero, y que llevemos buenas energías positivas a nuestra selección Colombia”.

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A pesar de estas declaraciones de Bazán, lo cierto es que las autoridades de Estados Unidos sí intervinieron en el caso porque, en efecto, hubo una agresión.

Las primeras versiones de lo ocurrido, recogidas a partir de lo que ella misma le dijo a la policía, decían que Armero empezó a cortarle el pelo a la fuerza, de acuerdo con CBS Miami.

El futbolista, en ese momento, afirmó que ella le pidió que la peluqueara. Sin embargo, Bazán empezó a llorar y aseguró: “¿Por qué yo iba a pedirle que me cortara el pelo?”.

CBS citó otro fragmento del reporte de la agresión: “La víctima le dijo a la policía que ha habido una historia de violencia doméstica entre ellos y que el episodio del martes [31 de mayo de 2016] fue demasiado para ella”.

Un día después de lo ocurrido, la justicia de Estados Unidos le ordenó a Armero dos cosas: pagar una fianza de 1.500 dólares y alejarse de su esposa.

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