La víspera del partido fue una fiesta, el recibimiento al equipo de Edgardo Bauza dejó postales memorables y los hinchas locales cumplieron con la mayor asistencia del fútbol brasileño en la presente temporada: 61.766 entraron a Morumbí.

Sin embargo, los dos goles de Miguel Borja apagaron la fiesta. Los hinchas que no pudieron ingresar al estadio causaron estragos y, a la salida de los que sí consiguieron entradas, comenzaron los enfrentamientos.

El teniente coronel Gonzaga, responsable de la custodia policial del estadio, dijo a Folha de São Paulo que hinchas de La Independiente (una de las barras organizadas de São Paulo) provocaron los disturbios:

Hinchas que estaban en la parte externa, de la Independiente comenzaron a atacar a los ‘marreteiros’ (vendedores ambulantes) y a lanzar botellas a los aficionados comunes. Después comenzaron a robarlos”.

Tres hinchas resultaron heridos con balas de caucho lanzadas por la policía. 12 miembros de la policía también requirieron atención médica, informaron los periodistas de Lance.

El medio agrega que 10 ‘torcedores’ fueron detenidos.

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