“No hay nada comparable en ningún lugar del mundo”, declaró el médico de la selección Eduard Bezuglov a la agencia de prensa rusa RIA Novosti. “En otras palabras, no conozco ningún otro deporte que no tenga problemas con sustancias prohibidas, pero el fútbol ruso no tiene esos problemas”, dijo.

El antiguo dirigente de la Federación Rusa de Fútbol (RFU) Vitali Mutko fue el encargado de supervisar la preparación de los deportistas rusos antes de los Juegos Olímpicos de Sochi-2014, en el corazón del escándalo de dopaje.

Debido a ese suceso, en diciembre pasado dejó su puesto en el grupo encargado de la organización del Mundial-2018.

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El doctor Bezuglov explicó que la RFU y la Agencia Rusa Antidopaje llevaban a cabo “cursos de formación obligatorios” y que publicaban guías médicas a la atención de todos los equipos del campeonato ruso.

La FIFA,todavía, se halla  investigando presuntas violaciones en el pasado o actuales de la ley antidopaje en el fútbol ruso.

Grigori Rodchenkov, que vive desde 2016 escondido en Estados Unidos, reveló en 2015 el sistema de dopaje de Estado establecido en Rusia, que se venía llevando a cabo sobre todo desde Sochi-2014 con el apoyo de los agentes del FSB (ex KGB) para manipular las muestras de los deportistas dopados.

Pero por el momento la FIFA no ha podido confirmar las acusaciones de Rodchenkov, considerado como un traidor por el Kremlin.

Eduard Bezuglov precisó que 1.500 muestras de jugadores rusos habían sido examinadas en el extranjero desde la suspensión del laboratorio antidopaje ruso en noviembre de 2015.

“En todo ese tiempo, no ha habido un solo examen positivo”, subrayó.

Con información de AFP.