Cuando era adolescente, en el colegio donde estudió (New York Military Academy), Trump jugaba asiduamente béisbol en la posición de primera base, pero también practicó baloncesto, fútbol americano, bolos, lucha y hasta el deporte rey, que los norteamericanos llaman soccer, cuenta The Washington Post.

Como aficionado es común verlo en los partidos de los Yankees de Nueva York, del que dice que es hincha, aunque también ha estado en el estadio para ver al otro equipo de esa ciudad, los Mets.

En cuanto a sus negocios, el tema del deporte ha sido un tema muy activo. En 1983, Donald Trump compró a los New Jersey Generals, un equipo de United States Football League (USFL), división que intentó sin éxito hacerle competencia a la NFL y que desapareció en 1986.

También desde esa época Trump ha sido patrocinador de lucha libre y hasta ha sido parte del show de algunas versiones de Wrestlemania, máximo show de este deporte en Estados Unidos. No por menos hace parte del ‘Salón de la fama’ de esta disciplina.

En cuanto a Golf, Trump es dueño de 17 campos de este deporte alrededor del mundo y varios campeonatos, incluso de la PGA, llevan su apellido. Además, es amigo cercano de una de las estrellas de esta disciplina, Jack Nicklaus.

También tiene una buena relación con Tom Brady, mariscal de los Patriots, equipo más popular de fútbol americano en los últimos años. Por eso no fue de extrañar que el su último discurso previo a su posesión como presidente, le deseara suerte al equipo de Nueva Inglaterra que juega este fin de semana por estar una vez más en el Super Bowl, la final de la NFL, registra USA Today.

En el tema político, por el momento los únicos guiños en el tema deportivo de Trump ha sido apoyar las candidaturas para que Estados Unidos sea sede para los Juegos Olímpicos del 2024 y también para la Copa Mundo de fútbol del 2026.

Por esa razón, las decisiones con respecto al deporte del nuevo presidente son impredecibles.

LO ÚLTIMO