Al llegar a la ciudad deportiva, el brasileño optó por dirigirse al despacho del estratega para comunicarle su decisión. “El entrenador no dudó en comentarle que en estas condiciones no tenía sentido que entrenara”, dice el diario Sport, que cuenta los detalles de lo sucedido en el camerino.

Con el permiso del DT para no estar en la práctica —pese a que su contrato aún lo mantiene ligado al Barcelona— Neymar se dirigió al vestuario para despedirse uno por uno de sus ahora excompañeros.

“Simplemente se dedicó a abrazar y decir adiós a cada uno de los que han sido sus compañeros durante estos cuatro años en el Barza”, dice el relato.

Luego dijo adiós a todos los empleados que se encontraron a su paso en el camino hacia el parqueadero y se marchó del predio.

El artículo continúa abajo

Dice Sport que fue “apenas media hora para una despedida muy fría, por la puerta de atrás, y manteniendo el silencio público que ha marcador estas últimas semanas”.

Por su parte, Mundo Deportivo afirma que este miércoles se espera un día intenso en Barcelona que debería empezar por la llamada del París Saint Germain “para forzar una negociación con sus propietarios que les obligaría a poner un dinero extra o a introducir jugadores interesantes para el Barza en la negociación”.

LO ÚLTIMO